martes, 3 de noviembre de 2015

Es un elemental deber de cortesía el agradecer la amable invitación que me han hecho los organizadores de esta reunión de compartir con ellos algunas reflexiones sobre temas que a todos nos interesan. Es un elemento que se añade a lo dicho anteriormente el hecho de que ,como es sabido ,las opiniones que se apartan de una línea de pensamiento dominante tienen escasas ocasiones para expresarse. 
Como economista disidente, radical y heterodoxo los motivos de agradecimiento se incrementan. En su, por desgracia último libro “Figures du pensable” Cornelius Castoriadis  nos advertía sobre la insólita regresión ideológica que aflige a las sociedades occidentales que hace que ciertas críticas no sean ni discutidas ni refutadas sino solamente silenciadas. En la misma línea H. Shutt señala que el poder de los medios de difusión de masas solo permiten una apariencia de debate dentro de un espectro de opiniones muy limitado; atribuyendo Shutt esta situación a la interferencia de grupos de interés muy poderosos propietarios de los mismos o que pueden influir en ellos de modo determinante como ,por ejemplo, retirando una existente demanda publicitaria. La autonomía de la vida universitaria se ha vista también mermada por la detracción de fondos públicos, consecuente con una supuesta crisis financiera del estado y la entrada ,como mecenas, del sector privado empresarial en el seno de sus actividades. Ello ha redundado en un desplazamiento de la investigación hacia criterios de pragmática rentabilidad aplicada , a un abandono de líneas de investigación básica , y en a una contracción del  horizonte temporal de sus actividades. La consecuencia más lamentable de las tendencias que operan sobre los “media” y la producción cultural en general es, como dice Bourdieu, que se está generando una ideología construida sobre el presupuesto tácito de que una ideología es digna de creerse solo por el hecho de poder rehusar el ser puesta en tela de juicio, fenómeno que Bourdieu llama “doxa”
Vivimos ,evidentemente , tiempos de grandes cambios y confusión que se reflejan en una proliferación de interpretaciones diferentes o contradictorias desde los campos del saber que tratan de aprehenderlos. Pero también es cierto que ciertas realidades se imponen a nosotros como una fuerza irresistible que frecuentemente nos obliga a abandonar viejos esquemas conceptuales , categorías gastadas , o a tomar  posiciones éticas  y políticas diferentes. Entre estas realidades destacan evidentemente las amenazas de deterioro del medio ambiente , las persistentes tensiones internacionales  , que siguen resolviéndose mediante la utilización de medios bélicos ,la frecuentemente negada u ocultada crisis económica que se ha manifestado en  un menor crecimiento de la economía mundial y en una creciente disparidad de ingresos entre países ricos y pobres. Nos detendremos posteriormente en algunas de estas tendencias , tratando de explicarlas, pero ahora vamos indicar , de un modo necesariamente breve y dogmático las divergencias de método que han sufrido ciertas escuelas económicas con relación a otras ciencias humanas y a destacar la inadecuación de la corriente dominante en economía para explicar ciertos cambios sociales fundamentales inducidos ,en  gran parte , por la ciencia la tecnología y la difusión del saber.
Es de todos sabido , y mucho más de los aquí presentes , que las ciencias humanas se han visto influenciadas en sus  metodologías  y objetos de estudio por el llamado “enfoque cultural” o “inflexión cultural” ( en inglés “cultural turn” ) . No tendré la arrogancia de pretender definir ante Vds. la compleja serie de influencias culturales que han influido en la sociología ,la antropología , la crítica artística o literaria , sobre las que por otro lado no existe acuerdo metodológico ni  valorativo entre los que las practican , pero sí subrayar la realidad de su existencia. Como lego que soy en estas materias ,y para dar cumplida cuenta de mis escasos conocimientos les remito a algunas lecturas que estimo me han sido de gran ayuda (1). Mi sentimiento  , como economista ha sido de cierta sorpresa al verificar  que , salvo para las corrientes marxistas , institucionalistas y evolucionistas , las influencias  antes apuntadas , perceptibles en otras ciencias sociales ,  ha sido nula . Incluso cabría añadir que su influencia en estas corrientes ha sido , incluso en ellas, muy tangencial.
Es una realidad que la mayoría de la  población percibe generalmente los cambios sociales bajo formas culturales vehiculadas por los “media”. Los economistas, en cambio ,tienden  en general abstraer lo económico de lo social. Si ello fuera poco la escuela dominante tiende a estudiar todo de modo cuantitativo o dentro del descarnado orden de abstracción de unos modelos matemáticos en los que los resultados del modelo están en gran medida determinados por el diseño de sus especificaciones. En términos asequibles para todos ello equivaldría a decir que la medición de una temperatura dependería de con que materiales estuviese construido un dado termómetro. Un ejemplo de lo dicho viene dado por el eco entre la prensa económica de fusiones como la de AOL- Time Warner que se centró casi exclusivamente en subrayar la importancia de los capitales en juego dejando a los sociólogos , politólogos o socio-economistas temas como los aspectos tecnológicos (como por ejemplo influencia en el balance de distribución entre cables y satélites ), rozando solo levemente los temas sociales (como el empleo ) y desentendiéndose de los culturales y políticos (como que consecuencias puede conllevar la creación de un importante oligopolio sobre el fluir informativo, como un posible ejercicio de censura para ocultar informaciones que algún socio estime detrimentales para sus intereses , o la posible desatención por motivos de rentabilidad u otros a las necesidades de información o culturales de grupos minoritarios.
Suele ser una constante entre los medios de difusión de información el no diferenciar – cuando de da cuenta de la opinión de un economista – sobre a que escuela de pensamiento pertenece . Ello es particularmente lamentable pues da la falsa impresión de que existe en economía , como en las ciencias “duras” ( como pueda ser la química ) una opinión unánime  , lo que le sirve a la escuela dominante que usufructúa  las canongías conferidas desde los aledaños de las diferentes facetas del poder social para reafirmarse en su virtual monopolio ideológico de los “media”.  En un relativamente reciente libro sobre el pensamiento económico ( D. Mair and A. G. Miller, ” A modern  guide to economic thought” E. Elgar 1991 ) aparecen listadas no menos de siete grandes grupos de teorías. No es mi intención incrementar su tedio con una discusión taxonómica de las diferentes escuelas así  que , solo muy dogmáticamente y a titulo  indicativo ,señalaré las principales adaptaciones que me ha parecido detectar ,en las diferentes escuelas de economía , para dar cuenta de la importancia de los importantes cambios técnicos que han tenido lugar en las últimas décadas. Las escuelas marxistas se han ocupado del cambio tecnológico pero muchas veces sus análisis han sido poco adecuados por  seguir aferrados a una interpretación unidireccional y mecanicista del esquema “base – superestructura”. La escuela institucionalista se ha ocupado mucho del progreso técnico pero no ha sabido a veces deslindar claramente los aspectos económicos de los simbólicos o rituales  que , dentro de la realidad social, ,encajaban en su aceptación metodológica de los aspectos ceremoniales dentro de una actividad económica y social. Entre todas las escuelas la más reciente es la constituida por un grupo de economistas que en Europa se agrupan en la EAEPE (asociación europea por una economía política  evolucionista) . Las aportaciones de este grupo en el campo de la influencia cultural sobre la economía son importantes dado que no desatienden los aspectos sociales y políticos de los cambios que se producen . Una aportación  bien conocida de estos economistas ha sido la elaboración del concepto de trayectoriaseconómico sociales que por un fenómeno de inercia limitan después de un cierto tiempo de iniciadas el campo de las opciones posibles (trayectorias cerradas). Un ejemplo muy claro de esto viene dado por el teclado que en estos momentos estoy utilizando , o teclado “qwerty ” teclado que fue diseñado para obviar ciertos fallos de las primeras máquinas de escribir pero que hace mas torpe su utilización en los ordenadores.
En cuanto a la corriente dominante , después de largos años de enfocar el progreso técnico como un factor exógeno lo ha tratado de incorporar haciéndolo bajar de las nubes de lo exógeno a la realidad social , valiéndose para ello de las teorizaciones  que giran en torno de la idea de “capital humano” y de las nuevas teorías del crecimiento endógeno que incorporan a nivel macro y microeconómico los resultados del esfuerzo en investigación. Parecería por lo tanto que la escuela dominante ha sido capaz  de incorporar a su   paradigma ciertos aspectos de la vida social que bajo una amplia definición  “tayloriana”  de cultura , de corte decimonónico y antropológico justificaría las políticas económicas de esfuerzo publico en educación y de apoyo ,directo o indirecto, a la investigación como medio de potenciar incrementos en la productividad del sistema. Es cierto que estos reajustes en la periferia de su paradigma han tenido en algunos casos consecuencias socialmente beneficiosas , pero no es menos cierto que el  esquema teórico en el que se desenvuelven dichos ajustes esta invalidado en su raíz para comprender ,más allá de un enfoque estrechamente tecnológico la problemática mucho más amplia de los horizontes de la información , la comunicación (en el sentido que le da a ese termino Walter Benjamin) y de la cultura bajo cualquier definición, por poco amplia que sea. El tema de la incapacidad del paradigma neoclásico para enfocar el concepto de información ha sido tratado de modo magistral por  Michael Pereleman en dos de sus libros, a saber el titulado “Information  , social relations and  the economics of high technology”  (1991) y en su más reciente ((1998) :  “Class warfare in the information age” ambos publicados por la St. Martin’s  Press de  New York. Como Pereleman nos dice :”debemos de tener siempre en cuenta que el concepto de escasez es central dentro de la lógica del mercado…y el propósito del derecho de propiedad es inducir a la gente a economizar en el uso de recursos escasos”. Ahora bien sucede , y esto es fundamental que según la jerga de los economistas la información constituye un bien no exclusivo ( “nonrivalrous” en inglés). Ello nos remite a un punto  crucial y simple ; los bienes exclusivos se pierden al ser consumidos o transmitidos , si yo me sirvo un plato de sopa de una hipotética sopera detraigo una cantidad que otros no podrán servirse o consumir.  La sopa ,  en esta coceptualización , es un bien exclusivo. No sucede así con la información, incluso con la más banal.  Si yo le anuncio a un amigo el resultado de una competición deportiva mi información no merma mi conocimiento del mismo hecho.  No existe una programación biológica que cause una amnesia sobre el objeto de una información que se transmita. Así pues la información no es un bien escaso como los platos de sopa. Transmitirla no empobrece, pero la escasez está en la base de la lógica del mercado. La solución solo puede ser el introducir obstáculos , barreras artificiales a su difusión  y , como señala K. Arrow en un famoso articulo citado en el libro más reciente de Pereleman  (páginas 87 y siguientes) :”las patentes y los derechos de autor son innovaciones diseñadas para crear una escasez artificial allí donde no existen naturalmente”. Dicho de otro modo : “utilizar el mercado para excluir a la gente de la información conlleva una contradicción insalvable” y ello por que el concepto de escasez es totalmente inaplicable en el caso de la información. Cuanto más dificultades o barreras impongamos a la información menos seremos capaces , dado su carácter socialmente recíproco  de bien social complementario , de utilizarla para beneficio propio. Esta teorización , como algunas de las que siguen no dejan de recordarnos un persistente tufillo marxista , persistente a pesar de los múltiples certificados de defunción que se le han otorgado a esta herética corriente. En efecto ,Marx elabora el concepto de trabajador social ( que es el agente activo de la acumulación de fuerzas de producción tecnico-organizativas) pero la expansión de este potencial podría venir frenado por el monopolio privado de dichas fuerzas que quedarías coartadas por el secreto y la mercantilización de una riqueza de origen social.
El mismo Arrow ha señalado otra contradicción en  la que navega el concepto de “mercado de la información” ..Ello es el caso   que el  mal llamado mercado de la información difiere del de otras mercancías entre otras cosas porque la existencia de otros mercados presupone que, para su buen funcionamiento, los clientes estén bien informados , incluso si para lograr dicha información sus actores  incurren en  costos para obtenerla ,aunque solo sea del tiempo empleado para lograr informarse. Pereleman  nos ofrece el ejemplo de que, si queremos comprarnos una determinada prenda de ropa debemos de ir a uno o varios comercios para probarla y para comprobar precios y calidades. En el caso de la información,  la información sobre el producto y el producto coinciden. Poseemos una información sobre el producto al conocerla. Es por ello que los propietarios de una información tratan de mantener el secreto sobre ella. Un mercado informado de la información es por esto mismo una contradicción en los términos. Arrow  subrraya también que uno de los teoremas básicos de la economía , en la corriente dominante en la que el se sitúa , es el de que , según sus postulados , cualquier producto debe de ser vendido a su costo marginal  (en términos comprensibles para todos, esto equivale a decir al costo de la producción del último ejemplar  producido, de una mercancía específica ) y si bien es cierto que la obtención de información puede ser muy costoso ( pensemos por ejemplo en lo que cuesta un acelerador de partículas en los estudios de física ) el costo se su difusión el costo de informar es ínfimo. La información no es por lo tanto un bien escaso , excepto dice Pereleman en la medida en que creamos barreras artificiales de escasez gracias al secreto y al establecimiento de derechos de propiedad.
No deja de ser un elemento paradógico el hecho de que mientras se nos repite insistentemente  que vivimos en una sociedad de la información en la que esta se ha convertido en el recurso productivo fundamental , las propias   “leyes” de la teoría económica de los que así hablan ,demuestran la inanidad  de su discurso al no constituir esta un recurso escaso. Pero bien es verdad que ya R. Mergers en un célebre  artículo de 1955 ( “the economic impact of intellectual property rights “; Journal of Cultural Economics , Vol 19, No 2 ) afirmaba y demostraba que las patentes y otras formas de propiedad intelectual nacieron como respuesta a un fracaso del mercado. Como dice Pereleman  el pagar un precio por un bien público (según la definición que de ellos hace la escuela dominante) supone un despilfarro de recursos sociales. Para muchos productos de información, como por ejemplo las llamadas telefónicas de larga distancia el mayor costo de las transacciones lo constituye el costo administrativo de cobrar el servicio , mientras que el costo de la llamada para la compañía es virtualmente nulo. El mismo Pereleman nos advierte de que proclamando que los productos de la información son “bienes públicos” no resuelve los problemas económicos y prosigue: ” La sociedad tendrá aun que decidir cuantos de sus recursos deberán de dedicarse a crear nuevos teatros , hacer nuevos filmes , o  a la ampliación de  la capacidad de líneas de larga distancia ” pero que para ello será necesario la creación de nuevas instituciones que puedan afrontar estas tareas.
Llegados a este  punto ,un tanto iconoclasta o suicida  hacia mi profesión algunos de mis  pacientes oyentes podrán preguntarse si con esta observación mis reflexiones tocan a su fin. Desgraciadamente debo de defraudarlos en función de ciertas reflexiones que me han sugerido ciertas lecturas recientes. La primera de ellas ha sido motivada por un brillante articulo de Robert Pippin en el libro del que son  coordinadores Y. Ezrrahi y otros ” Technology , pessimism, and potmodernism “, University of  Massachusetts  Press 1994. En este importante escrito Pippin reprocha a Habermas el haber tenido insuficientemente en cuenta  – en sus conocidas tesis sobre la modernidad y la interacción comunicativa la larvada crisis filosófica que arranca con el nominalismo. Según Pippin sería  “difícil de entender el porque el fomento de la utilidad, esto es nuestro interés en convertirnos en amos y señores de la naturaleza habría desplazado la noción de conocimiento como contemplación… la importancia del desarrollo de la tecnología no hubiese podido alcanzar un lugar tan exaltadamente prioritario en el orden del día social sin haber sido acompañado por el punto de vista , esencialmente moderno de que el origen de la mayor parte , sino de toda la infelicidad humana era la escasez …y que la escasez  era un problema susceptible de ser resuelto técnicamente” .La relación de estas observaciones con el carácter de sociedad de abundancia , predicada de la de sociedad de la información , salta evidentemente a la vista.
Más adelante Pippin reprocha a Habermas el no haber tenido suficientemente en cuenta el contexto en el que se enfrentaban estas dos concepciones del conocimiento afirmado que ” si una comprensión suficiente de contexto, seremos incapaces de comprender las consecuencias de cualquier tipo de toma de consideración de las limitaciones de la racionalidad instrumental.
Estas consideraciones me conducirán a tratar de elucidar los mecanismos económicos que son determinantes en el encuadre actual de las problemáticas culturales y de la situación económica en que estamos inmersos.
 Mi segunda fuente de reflexión me la causó la lectura de un reciente libro de Emmanuel Pedler  ( Sociologie de la communication,  Nathan , Paris ,2000) . En este breve pero enjundioso libro Pedler enfatiza la dificultad de comprender el sentido ,la significación histórica y, más aun las perspectivas de futuro que pueda tener el reciente proceso de cambio técnico en las comunicaciones debido todo ello a la complejidad del fenómeno. Señala éste autor que existe un contraste evidente entre las pocas encuestas que existen sobre la utilización de estos avanzados medios técnicos y la plétora de datos de cifras y de numerosas estadísticas que “no permiten evaluar las recepciones concretas frente a tal o cual propuesta tecnológico-cultural”.
Esta segunda reflexión se condujo al abandono del inicial título que había propuesto a mis reflexiones ante Vds. : vectores económicos en la cultura” por parecerme excesivamente complejo ,  superior a mis capacidades intelectuales y  que requeriría  un esfuerzo de análisis de una inmensa riqueza de datos, que deberían de ser enmarcados dentro de un esquema teórico aun por hacer. Pero si es cierto , y esto atempera lo que acabo de decir que los vectores económicos de la actividad cultural como actividad especializada y socialmente alienada  responden ,en general a los mismos mecanismos que rigen otras actividades en cuanto estas puedan considerarse económicas. Si creo ,no obstante , con evidente inmodestia que puedo someter a una crítica necesaria ciertas categorías erosionadas ideológicamente y tratar de enmarcar ciertas realidades económicas dentro de una perspectiva muy general .
                                   Confusión de categorías en economía.
La tarea principal de un ciudadano consciente debe de ser , entre otras cosas , la de tratar de romper la costra ideológica de falsedad y ocultación que se deposita en muchos conceptos. En el campo que nos preocupa se trataría de una labor de depuración de una praxis que nos permitiera ir desde la información a la comunicación y de esta a una cultura , digna de ese nombre, despojada de la mercantilización que sufre en nuestra sociedad. Este recorrido seguiría un camino inverso al de la dinámica seguida por las diferentes formas de poder.
 Corriendo el riesgo de meterme en profundidades filosóficas os daré cuenta antes de meterme en la lúgubre y tediosa economía de dos ejemplos que me parece ilustran lo anterior : Todos recordamos la imagen aterradora , difundida profusamente por los “media” , de un buitre acechando a una niña desnutrida y débil en espera de que se convirtiera en su festín . La imagen , que recibió varios premios , es una perfecta ilustración de la pobreza informativa que nos permite que al estar descontextualizada apreciamos su horror pero no va generalmente acompañada de un texto que nos ilustre ,detrás de una  mera ubicación  geográfica sobre las causas sistémicas profundas que estan su origen.
 El segundo ejemplo nos viene ofrecido por un reciente texto periodístico en el que un conocido escritor describía humorísticamente como no pudo dar su nombre autentico en una dirección de la “net” al haber sido este ya utilizado por alguien  , con toda probabilidad no homónimo  , que lo consideró una mascara identitaria útil a sus fines. La posible mercantilización de un nombre constituye un ejemplo más , aunque banal , de  las tendencias subyacentes en el sistema. ¡ Lejos estamos del conmovedor grito de Julieta en la obra Shakespiriana , ! : What is in a name? . Julieta apuntaba a un rechazo de las convenciones sociales de clan o clase que obstaculizaban la realización del amor como impulso superior a las convenciones de una sociedad dividida . ¿ Que pude valer en nuestra sociedad un signo identitario sin valor de cambio ? Nuestro sistema actual genera una sociedad crecientemente estratificada que ha encontrado  sus apologistas en las filosofias que exaltan , sin verificar sus contenidos , las identidades múltiples o sucesivas de los individuos o los grupos sociales y defienden un universo solipsista bajo el manto babélico de los discursos  mutuamente inconmensurables..
En el campo de la economía los ejemplos de perversión lingüística abundan. Seguiremos en cierta medida la tarea propuesta por Confucio en una de sus analectas en las que dice que el principal papel del gobierno es el de rectificar los nombres , lo que posiblemente se refiere (siguiendo la sugerencia de G. Newey) a la necesidad de toda buena ordenación social  de alcanzar un acuerdo sobre los objetivos sociales finales y no los meramente instrumentales. Nuestra sociedad parece caracterizada por un deseo patológico de acumulación que solo beneficia a un sector social cada vez más restringido. Una acumulación primitiva podría , dentro de ciertos límites,  parecer necesaria para la obtención de una base estructural  pero excedido ese límite es racionalmente indefendible. La ausencia de objetivos finales compartibles dentro de la estrecha lógica del sistema parece inalcanzable.  Hobbes nos advertía de que las palabras son instrumentos de pensamiento para los discretos pero solo moneda de cambio de los necios ,pero para bien pensar es necesario someter términos usuales a un escrutinio crítico.  Empecemos con un ejemplo claro : todos como los necios de Hobbes  hablamos sobre “los cosumidores” sin darnos cuenta que esta categoría grupal heteróclita  oculta la realidad  al subsumir bajo un m,ismo concepto a  Bill Gates y al pordiosero que hace unos instantes me solicitó una limosna. Pasemos a un segundo y último ejemplo vivimos en la era de la información en una sociedad en la que el conocimiento , el saber ,es el más importante medio de producción. Parece esto muy justo pero evoquemos a  Veblen  y a un texto , casi olvidado,  .de ese heresíarca, que apareció en el año 1908 en la revista  estadounidense ” Quarterly Journal of Economics” Vol 22. En este escrito, que merecería ser comentado íntegramente y con detenimiento Veblen  decía : …” por lo menos desde que la humanidad alcanzó  una etapa de hominización la unidad económica básica no ha sido el del “cazador solitario” sinó una cierta forma de comunidad en la que con toda seguridad han sido las mujeres el elemento más importante. El  “capital” poseído por este tipo de comunidad (como , por ejemplo el de un grupo de indios cazadores californianos ) era  cuantitativamente despreciable… lo que era de importancia vital para el grupo y , de hecho , loque era esencial para su supervivencia era el saber acumulado por sus mujeres , la tecnología que determinaba su situación económica….la perdida de algunos de los bienes tangibles que facilitaban la producción en estos grupos no pasaba de ser un inconveniente transitorio.  Pero el conocimiento acumulado y tradicional sobre los mecanismos y medios necesarios para reponerlos pera reponerlos o producirlos era el resultado de una larga experimentación ,que una vez lograda hacía que su adquisición fuera fácil. Parece por lo tanto que la base sustancial de todo el “capital” es la riqueza inmaterial y que los objetos materiales que constituyen formalmente el objeto de la propiedad capitalista son , comparativamente , de naturaleza transicional y adventicia. Pero si esta opinión fuese aceptada , cualquier esquema de distribución del ingreso de modo ” natural” entre capital y trabajo saltaría por los aires. Sería difícil determinar que regla de equidad “natural” definiría que parte  otorgar al capital por su monopolio de una determinada parte del acervo intangible de la comunidad , considerada en su conjunto”.

El paralelismo de estas ideas con la conceptualización marxista del “trabajador social” salta a la vista así como su influencia sobre los textos de Arrow citados más arriba.  Así pues la economía de la información o era del conocimiento puede haberse iniciado con el ” homo habilis” Lo que si se ha producido ( como señala g, Johnson en un interesante artículo titulado; “Population , food , and knowledge” en la  “American Economic review, March 2000 ) durante los dos últimos siglos ha sido , como sucediera en el renacimiento, debido a la influencia de la imprenta , una aceleración de esta tendencia en los países más avanzados. Si  comparamos el vigor de estas ideas con las de la última utopía tecnológica venida de los Estados Unidos , a saber el libro de  J. Rfkin  “La era del acceso” no podremos evitar que un sentimiento de que somos testigos de una época de regresión teórica se apodere de nosotros.

 Podríamos igualmente hacer parecidas consideraciones sobre otros conceptos, como el de  “nueva economía” pero ello haría demasiado extenso este documento. Añadamos, no obstante , algo dogmáticamente que los cambios en el funcionamiento de la economía capitalista han sido considerables: ( desplazamiento del capital industrial por el financiero, nueva cultura empresarial centrada en los mercados de capitales, reubicación de ciertas actividades productivas etc.)  Algunos de estos cambios han sido facilitados, pero nunca exclusivamente causados, por los avances en las tecnologías de la información y la comunicación que vienen siempre asociados con el difuso termino de “nueva economía”.  En su interesante libro “Digital capitalism”, MIT 1999,  D. Schiller insiste en la enorme influencia de las políticas económicas neoliberales que rigen los sistemas de telecomunicaciones y que han conducido a reforzar elpoder de las grandes empresas y a acentuar las desigualdades sociales. Son estas mismas fuerzas sociales las que han impulsado el movimiento hacia la globalización y hacia un aparente menor protagonismo social de esta institución. Citando a R. Kapuscinki diremos: En el cabaret de la globalización el estado lleva a cabo un “strip-tease” que hace que, al final del espectáculo se quede solo con lo más fundamental de sus paños menores ; su poder de represión. Con su base material destruida con su soberanía e independenciaanuladas, su clase política evaporada, la nación-estado se convierte simplemente en un mero guarda de seguridad de las mega-compañias…Los nuevos amos del mundo no necesitan gobernar directamente, los gobiernos nacionales se encargan de administrar en su favor todos los asuntos.

Esto nos lleva a una ultima fase que consistirá en un brevísimo repaso de ciertos datos difundidos por el PDNU y por un también muy sucinto  recuerdo de ciertos mecanismos que operan como causas de la situación que se describe. Es de interés señalar que salvo en revistas económicas de izquierda no encontraremos nunca una combinación de descripción y análisis conjuntamente; ello es clara evidencia de la captación por parte de los poderes establecidos de las sinérgias negativas que para el sistema tendría la presentación conjunta de ambas informaciones.
En el último Informe sobre Desarrollo Humano, este organismo internacional nos informa, entre otras muchas cosas, de que: “Los países pobres están siendo cada vez más marginalizados de la prosperidad mundial”. ” Su participación en el comercio mundial disminuye, y reciben una proporción decreciente de inversiones directas extranjeras “. “..el índice de desigualdad económica entre países ha crecido vertiginosamente entre 1988 y 1993 mientras los super-ricos se han enriquecido más hasta alcanzar una masa de capital 1135 miles de millones de dólares, que se pueden comparar con unos ingresos medios anuales de 146 mil millones para los casi 600 millones de personas que viven en los países más pobres. Esto equivale a decir que la riqueza acumulada por  uno 200 multimillonarios equivale a los ingresos de estos países durante casi ocho años. Con respecto a los “media” el informe señala que ” El acceso de los países pobres a las nuevas tecnologías de la información es muy  insuficiente, así mientras que un 26 por ciento de la población estadounidense puede navegar por “internet” solo un 0.8  por ciento lo hacen en América latina, un 0.1 por ciento en Africa sub- Sahariana y un mero 0.04 por ciento en el Sudeste Asiático”. (Recordemos incidentalmente la posición intermedia de nuestro país en el que la cifra para Galicia es de aproximadamente de un 7 por cien mientras que para el conjunto del Estado es de un 10,5 y el de Cataluña un 16 por cien).
¿Cuáles son algunos de los mecanismos que conducen a este lúgubre estado de cosas? Mencionaremos solo algunos muy evidentes y difíciles de impugnar.
El primero consiste en un mecanismo social descrito por el que fue Secretario General de la Comisión Económica para América Latina R. Prebish.  En los países ricos la clase obrera está organizada en sindicatos que operan como mecanismos para lograr que los aumentos de productividad alcanzados dentro de un determinado país se repartan con cierta proporcionalidad,  relativamente constante, entre capital y trabajo. Esto redunda en un aumento de los ingresos reales de los trabajadores, y en mayores niveles de consumo y producción de bienes manufacturados. Ello no sucede en los países pobres que tienen una población trabajadora dispersa, desorganizada y empleada en sectores primarios o de cabecera, donde un aumento de producción muchas veces repercute en una caída desproporcionada de los precios con la consecuencia de niveles de ingreso más bajos y deterioro de la relación de intercambio con relación a los precios de productos manufacturados.
 Un segundo mecanismo del sistema consistiría en la diferencia geográfica entre la creación de un valor útil y su realización como valor de cambio. Un ejemplo basta para ilustrar este factor. Una camisa o un par de zapatos producidos en Indonesia o en una de las múltiples zonas francas de China donde operan empresas transnacionales se vende en New York, Lodres o Paris en un precio frecuentemente  veinte veces mayor de lo que percibido en el lugar de su producción. La sobre-explotación de la fuerza de trabajo local viene facilitada por el monopolio de las redes de distribución, controladas del mismo modo como el diseño y  las patentes de marca por el capital foráneo.
El tercer mecanismo al que deseamos hacer referencia es de particular interés porque descubre la vaciedad teórica de las doctrinas desarrollistas hipócritamente difundidas desde los países del rico “centro” . En efecto los sacerdotes del neo-imperialismo mantienen que todos los países pueden acceder a un nivel de prosperidad más elevado siguiendo su ejemplo, especializandose en la exportación de productos en los que disfruten de ventajas comparativas y abriendo sin restricciones sus fronteras a la entrada salvífica de capital foráneo. La experiencia de los países recientemente industrializados es testimonio fehaciente de la inanidad de tal doctrina. Tanto Corea, como la provincia china de Formosa, como Singapur demuestran que sus éxitos han sido conseguidos gracias al capital nacional muy protegido por un estado de corte intervencionista. Las ventajas comparativas no existen, consideradas dinámicamente sino que son fruto de una acción consciente de la acción de ciertas minorías que apoyadas desde las estructuras políticas logran imponer a la mayoría de sus poblaciones sacrificios enormes.  Pero ello demuestra algo aún más profundo y es la creciente dificultad de los países pobre para entrar en una competición despiadada de competitividad que por su misma esencia conlleva que “muchos serán los llamados y pocos los elegidos”. Esto es una consecuencia directa de una de las características mas importantes del progreso técnico y es su carácter de estar encarnado en bienes de capital que generalmente, salvo en periodo muy contados, tienden a aumentar de precio muy rápidamente y a incorporar tecnologías de ahorro de mano de obra consecuentes con las relaciones sociales existentes en los países desarrollados. En un articulo, ya no muy reciente ( de 1983 ), el economista japonés Shigeto  Tsuru daba cuenta de las consecuencias de la introducción de la robótica en la industria automovilística japonesa. Ello fue el caso que la producción se incrementó entre 1975 y 1973 en un 287,5 por cien ello tuvo lugar con un incremento del 200 por cien en el acervo de capital y un aumento del empleo del  39,6 por cien, contrastando con lo ocurrido en el período anterior el  aumento de producción durante los años 1975-1980 fue del 52,3 por cien y fue logrado con un incremento del capital del 52,5 por cien y de la mano de obra de solo 0.6 por cien. El corolario de todo lo anterior es muy claro y es que la masa crítica para la creación de una industria va siendo cada vez más difícil de alcanzar y ello porque si  bien en las primeras fases del capitalismo se podía crear empleo con una relación entre capital invertido y fuerza de trabajo empleada esta relación ha ido deteriorándose. Así pues mientras la generación de una masa de ahorro nacional imponía unos sacrificios de ahorro relativamente asumibles en épocas pasadas en la actualidad estas serían casi insostenibles excepto en un marco social extremadamente autoritario y represivo
         José Fernando Pérez Oya. (BA. MA por la Universidad de Oxford)                    

Florilegio de citas
             Debe de existir algo profundamente podrido en el corazón mismo de un  sistema social que incrementa su riqueza sin disminuir la miseria y en el que aumentan los crímenes más rápidamente que la población.(Karl Marx:New York Daily News,16-9-1859)
                El amor por la creación de Dios…la piedad hacia los sufrimientos humanos y el deseo de alcanzar mayor inocencia humildad y caridad… son frutos del conocimiento humano   que no deberían utilizarse para alcanzar beneficios, fama o poder sino para la mejoría y disfrute de la vida.(Francis Bacon)
                Lo que este siglo XX,aún no ha acabado, nos obliga a tener más en cuenta que otra cosa es a la usurpación que conlleva silenciar las voces dominadas o frágiles (Christian Ruby:Intriduction a la philosophie politique ,París 1996)
                El mercado de capitales es indiferente ante el sufrimiento humano y no toma en cuenta la importancia que tiene el cultivar las potencialidades del hombre (Michael Pereleman:Class warfare in the informatio age. St Martin’s Press 1998)
                El monopolio del saber es la última forma de explotación del sistema capitalista. (J. Frow; New Left Review, Sept-Oct 1996)
                Lo esencial es la propiedad privada, no el mercado. (Milton Friedman, Diario El País 10-7-1999)
                Llega un momento en el que el pasado tiene que ser olvidado si uno no quiere convertirse en el sepulturero del presente. (F. Nietzsche)
                Creo que un cierto compromiso en el campo cultural es un modo de impugnar ciertas formas de política, particularmente europeas, de mantener viva la memoria de lo que podría ser la política y la esperanza de que algo digno de ese nombre pueda emerger bajo otras formas. (Luisa Passerini: New Left Review, Jan-Feb 2000)
                        La pobreza no puede ser erradicada porque no es un síntoma de la enfermedad del capitalismo. Al contrario es evidencia de su robusta salud, constituyendo un acicate para una mayor acumulación y un mayor esfuerzo ( J. Seabrook; cita tomada del libro de Zigmunt Bauman: “Globalization, the human consequences. Polity Press 1998).
                               La ciencia prometió al hombre poder. Pero, como tan a menudo sucede cuando la gente se deja seducir por su promesa, el precio pagado en la realidad ha sido el de la servidumbre y la impotencia.(J. Weizenbaum: Computer Power and Human Reason, San Francisco 1976)
 Notas:
1: Destacaré por su utilidad:  V.E. Bonell and L. Hunt, edts. “Beyond the cultural turn”; Universty of  California Press , 1999.  S. B. Ortner edt. “The fate of culture”; Geertz and beyond ;  Universty of California Press , 1999. D. Harris: “A society of signs”; Routledge 1996.  J. D. Faubion, edt.  “Rethinking the  subject”.Westview Press Inc. 1995. J. B. Thomson :”ideology and  modern culture”, Polity Press 1990. Entre los libros en francés destacaría:  de J. Caune.  “Culture et communication”, Presses universitaires de Grenoble 1995.  P. Corcuff , “Les nouvelles sociologies”, Nathan 1995. A. Mattelart,  “Histoire de l’utopie planetaire”,  Éditions la decouverte, 1999. E. Pedler,” Sociologie de la communication”, Nathan,2000. En castellano señalaré: E. A. Azcuy (y otros ) “Identidad cultural ciencia y tecnología”, Fernando García Cambeiro,1987.  J. Picó, “Cultura y modernidad” Aliaza Editorial 1999 y finalmente B. Muñoz “teoría de la pseudocultura”, Editorial Fundamentos 1995.
 2:  Las aportaciones de Andrew Feenberg , relativamente poco conocidas en España son fundamentales tato en los campos de los estudios culturales , la historia de la ciencia y la tecnología , así como tambien  en los de la filosofía de la ciencia y la tecnología ales.  Recomendamos con verdadero entusiasmo la lectura de sus libros entre los que se cuentan: A. Feenberg and A. Hannay  (edts) “Technology and the politics of knowledge ; Indiana University Press1995 ; “Alternative modernity .(The technical turn in philosophy and social science)  University of California Press 1995 , “Questioning technology” , Routledge 1999 , y “Lukács, , Marx , and the sources of Critical Theory”, Oxford University Press, New York 1986.
3; Existe una gran riqueza de textos que tratan de las influencias mutuas y las retroacciones que se producen entre tecnologías , sociedad y cultura , en un  sentido amplio , de modo desordenado mencionaremos : a. Pacey “the culture of technology , MIT 1983 , w. E. Bijker, T.P. hughes and T. J. Pinch ” The social construction of  technological systems” ,MIT1987. G. Basalla:  “The evolution of technology”, MIT 1988 B. Elliott (Edt)  “Technology and social process”, Edinburgh University  Pres1988. D. Mac Kenzie and J. Wajmcman: “The social  shaping of technology.”, Open University Press 1985. M. Golhaber ” reinventing technology” Routledge and Kegan Paul 1986. M. Stanley ” The technological conscience” , University of Chicago Press  1978 y un clásico como T, Vebles “Theplace of science in modern civilization”, Viking Press 1919. Libros de utilidad en francés son: Scardigli  “Les  sens de la Technique”,Presses Universitaires de France  1992. J.J. Salomon et G Schmeder “Les enjeux du changement technologique,Economica 1986  y  P. Brachet” Science et societes”, Publisud1987.

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